La metamorfosis

The Metamorphosis

   Capítulo Tres

III

   La grave herida de Gregorio, cuyos dolores soportó más de un mes – la manzana permaneció empotrada en la carne como recuerdo visible, ya que nadie se atrevía a retirarla –, pareció recordar, incluso al padre, que Gregorio, a pesar de su triste y repugnante forma actual, era un miembro de la familia, a quien no podía tratarse como un enemigo, sino frente al cual el deber familiar era aguantarse la repugnancia y resignarse, nada más que resignarse. Y si Gregorio ahora, por culpa de su herida, probablemente había perdido agilidad para siempre, y por lo pronto necesitaba para cruzar su habitación como un viejo inválido largos minutos – no se podía ni pensar en arrastrarse por las alturas –, sin embargo, en compensación por este empeoramiento de su estado, recibió, en su opinión, una reparación más que suficiente: hacia el anochecer se abría la puerta del cuarto de estar, la cual solía observar fijamente ya desde dos horas antes, de forma que, tumbado en la oscuridad de su habitación, sin ser visto desde el comedor, podía ver a toda la familia en la mesa iluminada y podía escuchar sus conversaciones, en cierto modo con el consentimiento general, es decir, de una forma completamente distinta a como había sido hasta ahora.

Gregor's serious wound, from which he suffered for over a month (since no one ventured to remove the apple, it remained in his flesh as a visible reminder), seemed by itself to have reminded the father that, in spite of his present unhappy and hateful appearance, Gregor was a member of the family, something one should not treat as an enemy, and that it was, on the contrary, a requirement of family duty to suppress one's aversion and to endure--nothing else, just endure. And if through his wound Gregor had now apparently lost for good his ability to move and for the time being needed many many minutes to crawl across this room, like an aged invalid (so far as creeping up high was concerned, that was unimaginable), nevertheless for this worsening of his condition, in his opinion, he did get completely satisfactory compensation, because every day towards evening the door to the living room, which he was in the habit of keeping a sharp eye on even one or two hours beforehand, was opened, so that he, lying down in the darkness of his room, invisible from the living room, could see the entire family at the illuminated table and listen to their conversation, to a certain extent with their common permission, a situation quite different from what happened before.

   Naturalmente, ya no se trataba de las animadas conversaciones de antaño, en las que Gregorio, desde la habitación de su hotel, siempre había pensado con cierta nostalgia cuando, cansado, tenía que meterse en la cama húmeda. La mayoría de las veces transcurría el tiempo en silencio. El padre no tardaba en dormirse en la silla después de la cena, y la madre y la hermana se recomendaban mutuamente silencio; la madre, inclinada muy por debajo de la luz, cosía ropa fina para un comercio de moda; la hermana, que había aceptado un trabajo como dependienta, estudiaba por la noche estenografía y francés, para conseguir, quizá más tarde, un puesto mejor. A veces el padre se despertaba y, como si no supiera que había dormido, decía a la madre: «¡Cuánto coses hoy también!», e inmediatamente volvía a dormirse mientras la madre y la hermana se sonreían mutuamente.

Of course, it was no longer the animated social interaction of former times, about which Gregor in small hotel rooms had always thought about with a certain longing, when, tired out, he had to throw himself in the damp bedclothes. For the most part what went on now was very quiet. After the evening meal the father fell asleep quickly in his arm chair; the mother and sister talked guardedly to each other in the stillness. Bent far over, the mother sewed fine undergarments for a fashion shop. The sister, who had taken on a job as a salesgirl, in the evening studied stenography and French, so as perhaps later to obtain a better position. Sometimes the father woke up and, as if he was quite ignorant that he had been asleep, said to the mother "How long you have been sewing today!" and went right back to sleep, while the mother and the sister smiled tiredly to each other.

   Por una especie de obstinación, el padre se negaba a quitarse el uniforme mientras estaba en casa; y mientras la bata colgaba inútilmente de la percha, dormitaba el padre en su asiento, completamente vestido, como si siempre estuviese preparado para el servicio e incluso en casa esperase también la voz de su superior. Como consecuencia, el uniforme, que no era nuevo ya en un principio, empezó a ensuciarse a pesar del cuidado de la madre y de la hermana. Gregorio se pasaba con frecuencia tardes enteras mirando esta brillante ropa, completamente manchada, con sus botones dorados siempre limpios con la que el anciano dormía muy incómodo y, sin embargo, tranquilo.

With a sort of stubbornness the father refused to take off his servant's uniform even at home, and while his sleeping gown hung unused on the coat hook, the father dozed completely dressed in his place, as if he was always ready for his responsibility and even here was waiting for the voice of his superior. As result, in spite of all the care of the mother and sister, his uniform, which even at the start was not new, grew dirty, and Gregor looked, often for the entire evening, at this clothing, with stains all over it and with its gold buttons always polished, in which the old man, although very uncomfortable, slept peacefully nonetheless.

   En cuanto el reloj daba las diez, la madre intentaba despertar al padre en voz baja y convencerle para que se fuese a la cama, porque éste no era un sueño auténtico y el padre tenía necesidad de él, porque tenía que empezar a trabajar a las seis de la mañana. Pero con la obstinación que se había apoderado de él desde que se había convertido en ordenanza, insistía en quedarse más tiempo a la mesa, a pesar de que, normalmente, se quedaba dormido y, además, sólo con grandes esfuerzos podía convencérsele de que cambiase la silla por la cama. Ya podían la madre y la hermana insistir con pequeñas amonestaciones, durante un cuarto de hora daba cabezadas lentamente, mantenía los ojos cerrados y no se levantaba. La madre le tiraba del brazo, diciéndole al oído palabras cariñosas, la hermana abandonaba su trabajo para ayudar a la madre, pero esto no tenía efecto sobre el padre. Se hundía más profundamente en su silla. Sólo cuando las mujeres le cogían por debajo de los hombros, abría los ojos, miraba alternativamente a la madre y a la hermana, y solía decir: «¡Qué vida ésta! ¡Esta es la tranquilidad de mis últimos días!», y apoyado sobre las dos mujeres se levantaba pesadamente, como si él mismo fuese su más pesada carga, se dejaba llevar por ellas hasta la puerta, allí les hacía una señal de que no las necesitaba, y continuaba solo, mientras que la madre y la hermana dejaban apresuradamente su costura y su pluma para correr tras el padre y continuar ayudándole.

As soon as the clock struck ten, the mother tried encouraging the father gently to wake up and then persuading him to go to bed, on the ground that he couldn't get a proper sleep here and the father, who had to report for service at six o'clock, really needed a good sleep. But in his stubbornness, which had gripped him since he had become a servant, he insisted always on staying even longer by the table, although he regularly fell asleep and then could only be prevailed upon with the greatest difficulty to trade his chair for the bed. No matter how much the mother and sister might at that point work on him with small admonitions, for a quarter of an hour he would remain shaking his head slowly, his eyes closed, without standing up. The mother would pull him by the sleeve and speak flattering words into his ear; the sister would leave her work to help her mother, but that would not have the desired effect on the father. He would settle himself even more deeply in his arm chair. Only when the two women grabbed him under the armpits would he throw his eyes open, look back and forth at the mother and sister, and habitually say "This is a life. This is the peace and quiet of my old age." And propped up by both women, he would heave himself up, elaborately, as if for him it was the greatest travail, allow himself to be led to the door by the women, wave them away there, and proceed on his own from there, while the mother quickly threw down her sewing implements and the sister her pen in order to run after the father and help him some more.

   ¿Quién en esta familia, agotada por el trabajo y rendida de cansancio, iba a tener más tiempo del necesario para ocuparse de Gregorio? El presupuesto familiar se reducía cada vez más, la criada acabó por ser despedida. Una asistenta gigantesca y huesuda, con el pelo blanco y desgreñado, venía por la mañana y por la noche y hacía el trabajo más pesado; todo lo demás lo hacía la madre, además de su mucha costura. Ocurrió incluso el caso de que varias joyas de la familia, que la madre y la hermana habían lucido entusiasmadas en reuniones y fiestas, hubieron de ser vendidas, según se enteró Gregorio por la noche por la conversación acerca del precio conseguido. Pero el mayor motivo de queja era que no se podía dejar este piso, que resultaba demasiado grande en las circunstancias presentes, ya que no sabían cómo se podía trasladar a Gregorio. Pero Gregorio comprendía que no era sólo la consideración hacia él lo que impedía un traslado, porque se le hubiera podido transportar fácilmente en un cajón apropiado con un par de agujeros para el aire; lo que, en primer lugar, impedía a la familia un cambio de piso era, aún más, la desesperación total y la idea de que habían sido azotados por una desgracia como no había igual en todo su círculo de parientes y amigos.

In this overworked and exhausted family who had time to worry any longer about Gregor more than was absolutely necessary? The household was constantly getting smaller. The servant girl was now let go. A huge bony cleaning woman with white hair flapping all over her head came in the morning and the evening to do the heaviest work. The mother took care of everything else in addition to her considerable sewing work. It even happened that various pieces of family jewelry, which previously the mother and sister had been overjoyed to wear on social and festive occasions, were sold, as Gregor found out in the evening from the general discussion of the prices they had fetched. But the greatest complaint was always that they could not leave this apartment, which was too big for their present means, since it was impossible to imagine how Gregor might be moved. But Gregor fully recognized that it was not just consideration for him which was preventing a move (for he could have been transported easily in a suitable box with a few air holes); the main thing holding the family back from a change in living quarters was far more their complete hopelessness and the idea that they had been struck by a misfortune like no one else in their entire circle of relatives and acquaintances.

   Todo lo que el mundo exige de la gente pobre lo cumplían ellos hasta la saciedad: el padre iba a buscar el desayuno para el pequeño empleado de banco, la madre se sacrificaba por la ropa de gente extraña, la hermana, a la orden de los clientes, corría de un lado para otro detrás del mostrador, pero las fuerzas de la familia ya no daban para más. La herida de la espalda comenzaba otra vez a dolerle a Gregorio como recién hecha cuando la madre y la hermana, después de haber llevado al padre a la cama, regresaban, dejaban a un lado el trabajo, se acercaban una a otra, sentándose muy juntas. Entonces la madre, señalando hacia la habitación de Gregorio, decía: «Cierra la puerta, Grete», y cuando Gregorio se encontraba de nuevo en la oscuridad, afuera las mujeres confundían sus lágrimas o simplemente miraban fijamente a la mesa sin llorar.

What the world demands of poor people they now carried out to an extreme degree. The father brought breakfast to the petty officials at the bank, the mother sacrificed herself for the undergarments of strangers, the sister behind her desk was at the beck and call of customers, but the family's energies did not extend any further. And the wound in his back began to pain Gregor all over again, when now mother and sister, after they had escorted the father to bed, came back, let their work lie, moved close together, and sat cheek to cheek and when his mother would now say, pointing to Gregor's room, "Close the door, Grete," and when Gregor was again in the darkness, while close by the women mingled their tears or, quite dry eyed, stared at the table.

   Gregorio pasaba las noches y los días casi sin dormir. A veces pensaba que la próxima vez que se abriese la puerta él se haría cargo de los asuntos de la familia como antes; en su mente aparecieron de nuevo, después de mucho tiempo, el jefe y el encargado; los dependientes y los aprendices; el mozo de los recados, tan corto de luces; dos, tres amigos de otros almacenes; una camarera de un hotel de provincias; un recuerdo amado y fugaz: una cajera de una tienda de sombreros a quien había hecho la corte seriamente, pero con demasiada lentitud; todos ellos aparecían mezclados con gente extraña o ya olvidada, pero en lugar de ayudarle a él y a su familia, todos ellos eran inaccesibles, y Gregorio se sentía aliviado cuando desaparecían.

Gregor spent his nights and days with hardly any sleep. Sometimes he thought that the next time the door opened he would take over the family arrangements just as he had earlier. In his imagination appeared again, after a long time, his employer and supervisor and the apprentices, the excessively gormless custodian, two or three friends from other businesses, a chambermaid from a hotel in the provinces, a loving fleeting memory, a female cashier from a hat shop, whom he had seriously, but too slowly courted--they all appeared mixed in with strangers or people he had already forgotten, but instead of helping him and his family, they were all unapproachable, and he was happy to see them disappear.

   Pero después ya no estaba de humor para preocuparse por su familia, solamente sentía rabia por el mal cuidado de que era objeto y, a pesar de que no podía imaginarse algo que le hiciese sentir apetito, hacía planes sobre cómo podría llegar a la despensa para tomar de allí lo que quisiese, incluso aunque no tuviese hambre alguna. Sin pensar más en qué es lo que podría gustar a Gregorio, la hermana, por la mañana y al mediodía, antes de marcharse a la tienda, empujaba apresuradamente con el pie cualquier comida en la habitación de Gregorio, para después recogerla por la noche con el palo de la escoba, tanto si la comida había sido probada, como si – y éste era el caso más frecuente – ni siquiera había sido tocada. Recoger la habitación, cosa que ahora hacía siempre por la noche, no podía hacerse más deprisa. Franjas de suciedad se extendían por las paredes, por todas partes había ovillos de polvo y suciedad. Al principio, cuando llegaba la hermana, Gregorio se colocaba en el rincón más significativamente sucio para, en cierto modo, hacerle reproches mediante esta posición. Pero seguramente hubiese podido permanecer allí semanas enteras sin que la hermana hubiese mejorado su actitud por ello; ella veía la suciedad lo mismo que él, pero se había decidido a dejarla allí.

But then he was in no mood to worry about his family. He was filled with sheer anger over the wretched care he was getting, even though he couldn't imagine anything for which he might have an appetite. Still, he made plans about how he could take from the larder what he at all account deserved, even if he wasn't hungry. Without thinking any more about how one might be able to give Gregor special pleasure, the sister now kicked some food or other very quickly into his room in the morning and at noon, before she ran off to her shop, and in the evening, quite indifferent about whether the food had perhaps only been tasted or, what happened most frequently, remained entirely undisturbed, she whisked it out with one sweep of her broom. The task of cleaning his room, which she now always carried out in the evening, could not be done any more quickly. Streaks of dirt ran along the walls; here and there lay tangles of dust and garbage. At first, when his sister arrived, Gregor positioned himself in a particularly filthy corner in order with this posture to make something of a protest. But he could have well stayed there for weeks without his sister's changing her ways. Indeed, she perceived the dirt as much as he did, but she had decided just to let it stay.

   Al mismo tiempo, con una susceptibilidad completamente nueva en ella y que, en general, se había apoderado de toda la familia, ponía especial atención en el hecho de que se reservase solamente a ella el cuidado de la habitación de Gregorio. En una ocasión la madre había sometido la habitación de Gregorio a una gran limpieza, que había logrado solamente después de utilizar varios cubos de agua – la humedad, sin embargo, también molestaba a Gregorio, que yacía extendido, amargado e inmóvil sobre el canapé –, pero el castigo de la madre no se hizo esperar, porque apenas había notado la hermana por la tarde el cambio en la habitación de Gregorio, cuando, herida en lo más profundo de sus sentimientos, corrió al cuarto de estar y, a pesar de que la madre suplicaba con las manos levantadas, rompió en un mar de lágrimas, que los padres – el padre se despertó sobresaltado en su silla –, al principio, observaban asombrados y sin poder hacer nada, hasta que, también ellos, comenzaron a sentirse conmovidos; el padre, a su derecha, reprochaba a la madre que no hubiese dejado al cuidado de la hermana la limpieza de la habitación de Gregorio, a su izquierda, decía a gritos a la hermana que nunca más volvería a limpiar la habitación de Gregorio; mientras que la madre intentaba llevar al dormitorio al padre, que no podía más de irritación, la hermana, sacudida por los sollozos, golpeaba la mesa con sus pequeños puños, y Gregorio silbaba de pura rabia porque a nadie se le ocurría cerrar la puerta para ahorrarle este espectáculo y este ruido.

In this business, with a touchiness which was quite new to her and which had generally taken over the entire family, she kept watch to see that the cleaning of Gregor's room remained reserved for her. Once his mother had undertaken a major cleaning of Gregor's room, which she had only completed successfully after using a few buckets of water. But the extensive dampness made Gregor sick and he lay supine, embittered and immobile on the couch. However, the mother's punishment was not delayed for long. For in the evening the sister had hardly observed the change in Gregor's room before she ran into the living room mightily offended and, in spite of her mother's hand lifted high in entreaty, broke out in a fit of crying. Her parents (the father had, of course, woken up with a start in his arm chair) at first looked at her astonished and helpless; until they started to get agitated. Turning to his right, the father heaped reproaches on the mother that she was not to take over the cleaning of Gregor's room from the sister and, turning to his left, he shouted at the sister that she would no longer be allowed to clean Gregor's room ever again, while the mother tried to pull the father, beside himself in his excitement, into the bed room; the sister, shaken by her crying fit, pounded on the table with her tiny fists, and Gregor hissed at all this, angry that no one thought about shutting the door and sparing him the sight of this commotion.

   Pero incluso si la hermana, agotada por su trabajo, estaba ya harta de cuidar de Gregorio como antes, tampoco la madre tenía que sustituirla y no era necesario que Gregorio hubiese sido abandonado, porque para eso estaba la asistenta. Esa vieja viuda, que en su larga vida debía haber superado lo peor con ayuda de su fuerte constitución, no sentía repugnancia alguna por Gregorio. Sin sentir verdadera curiosidad, una vez había abierto por casualidad la puerta de la habitación de Gregorio y, al verle, se quedó parada, asombrada, con los brazos cruzados, mientras éste, sorprendido y a pesar de que nadie la perseguía, comenzó a correr de un lado a otro. Desde entonces no perdía la oportunidad de abrir un poco la puerta por la mañana y por la tarde para echar un vistazo a la habitación de Gregorio. Al principio le llamaba hacia ella con palabras que, probablemente, consideraba amables, como: «¡Ven aquí, viejo escarabajo pelotero!» o «imitad el viejo escarabajo pelotero!». Gregorio no contestaba nada a tales llamadas, sino que permanecía inmóvil en su sitio, como si la puerta no hubiese sido abierta. ¡Si se le hubiese ordenado a esa asistenta que limpiase diariamente la habitación en lugar de dejar que le molestase inútilmente a su antojo! Una vez, por la mañana temprano – una intensa lluvia golpeaba los cristales, quizá como signo de la primavera, que ya se acercaba –, cuando la asistenta empezó otra vez con sus improperios, Gregory se enfureció tanto que se dio la vuelta hacia ella como para atacarla, pero de forma lenta y débil. Sin embargo, la asistenta, en vez de asustarse, alzó simplemente una silla, que se encontraba cerca de la puerta, y, tal como permanecía allí, con la boca completamente abierta, estaba clara su intención de cerrar la boca sólo cuando la silla que tenía en la mano acabase en la espalda de Gregorio. ¿Con que no seguimos adelante? – preguntó, al ver que Gregorio se daba de nuevo la vuelta, y volvió a colocar la silla tranquilamente en el rincón.

But even when the sister, exhausted from her daily work, had grown tired of caring for Gregor as she had before, even then the mother did not have to come at all on her behalf. And Gregor did not have to be neglected. For now the cleaning woman was there. This old widow, who in her long life must have managed to survive the worst with the help of her bony frame, had no real horror of Gregor. Without being in the least curious, she had once by chance opened Gregor's door. At the sight of Gregor, who, totally surprised, began to scamper here and there, although no one was chasing him, she remained standing with her hands folded across her stomach staring at him. Since then she did not fail to open the door furtively a little every morning and evening to look in on Gregor. At first, she also called him to her with words which she presumably thought were friendly, like "Come here for a bit, old dung beetle!" or "Hey, look at the old dung beetle!" Addressed in such a manner, Gregor answered nothing, but remained motionless in his place, as if the door had not been opened at all. If only, instead of allowing this cleaning woman to disturb him uselessly whenever she felt like it, they had instead given her orders to clean up his room every day! One day in the early morning (a hard downpour, perhaps already a sign of the coming spring, struck the window panes) when the cleaning woman started up once again with her usual conversation, Gregor was so bitter that he turned towards her, as if for an attack, although slowly and weakly. But instead of being afraid of him, the cleaning woman merely lifted up a chair standing close by the door and, as she stood there with her mouth wide open, her intention was clear: she would close her mouth only when the chair in her hand had been thrown down on Gregor's back. "This goes no further, all right?" she asked, as Gregor turned himself around again, and she placed the chair calmly back in the corner.

   Gregorio ya no comía casi nada. Sólo si pasaba por casualidad al lado de la comida tomaba un bocado para jugar con él en la boca, lo mantenía allí horas y horas y, la mayoría de las veces, acababa por escupirlo. Al principio pensó que lo que le impedía comer era la tristeza por el estado de su habitación, pero precisamente con los cambios de la habitación se reconcilió muy pronto. Se habían acostumbrado a meter en esta habitación cosas que no podían colocar en otro sitio, y ahora había muchas cosas de éstas, porque una de las habitaciones de la casa había sido alquilada a tres huéspedes. Estos señores tan severos – los tres tenían barba, según pudo comprobar Gregorio por una rendija de la puerta – ponían especial atención en el orden, no sólo ya de su habitación, sino de toda la casa, puesto que se habían instalado aquí, y especialmente en el orden de la cocina. No soportaban trastos inútiles ni mucho menos sucios. Además, habían traído una gran parte de sus propios muebles. Por ese motivo sobraban muchas cosas que no se podían vender ni tampoco se querían tirar. Todas estas cosas acababan en la habitación de Gregorio. Lo mismo ocurrió con el cubo de la ceniza y el cubo de la basura de la cocina. La asistenta, que siempre tenía mucha prisa, arrojaba simplemente en la habitación de Gregorio todo lo que, de momento, no servía; por suerte, Gregorio sólo veía, la mayoría de las veces, el objeto correspondiente y la mano que lo sujetaba. La asistenta tenía, quizá, la intención de recoger de nuevo las cosas cuando hubiese tiempo y oportunidad, o quizá tirarlas todas de una vez, pero lo cierto es que todas se quedaban tiradas en el mismo lugar en que habían caído al arrojarlas, a no ser que Gregorio se moviese por entre los trastos y los pusiese en movimiento, al principio, obligado a ello porque no había sitio libre para arrastrarse, pero más tarde con creciente satisfacción, a pesar de que después de tales paseos acababa mortalmente agotado y triste, y durante horas permanecía inmóvil.

Gregor ate hardly anything any more. Only when he chanced to move past the food which had been prepared did he, as a game, take a bit into his mouth, hold it there for hours, and generally spit it out again. At first he thought it might be his sadness over the condition of his room which kept him from eating, but he very soon became reconciled to the alterations in his room. People had grown accustomed to put into storage in his room things which they couldn't put anywhere else, and at this point there were many such things, now that they had rented one room of the apartment to three lodgers. These solemn gentlemen (all three had full beards, as Gregor once found out through a crack in the door) were meticulously intent on tidiness, not only in their own room but (since they had now rented a room here) in the entire household, and particularly in the kitchen. They simply did not tolerate any useless or shoddy stuff. Moreover, for the most part they had brought with them their own pieces of furniture. Thus, many items had become superfluous, and these were not really things one could sell or things people wanted to throw out. All these items ended up in Gregor's room, even the box of ashes and the garbage pail from the kitchen. The cleaning woman, always in a hurry, simply flung anything that was momentarily useless into Gregor's room. Fortunately Gregor generally saw only the relevant object and the hand which held it. The cleaning woman perhaps was intending, when time and opportunity allowed, to take the stuff out again or to throw everything out all at once, but in fact the things remained lying there, wherever they had ended up at the first throw, unless Gregor squirmed his way through the accumulation of junk and moved it. At first he was forced to do this because otherwise there was no room for him to creep around, but later he did it with a with a growing pleasure, although after such movements, tired to death and feeling wretched, he didn't budge for hours.

   Como los huéspedes a veces tomaban la cena en el cuarto de estar, la puerta permanecía algunas noches cerrada, pero Gregorio renunciaba gustoso a abrirla, incluso algunas noches en las que había estado abierta no se había aprovechado de ello, sino que, sin que la familia lo notase, se había tumbado en el rincón más oscuro de la habitación. Pero en una ocasión la asistenta había dejado un poco abierta la puerta que daba al cuarto de estar y se quedó abierta incluso cuando los huéspedes llegaron y se dio la luz. Se sentaban a la mesa en los mismos sitios en que antes habían comido el padre, la madre y Gregorio, desdoblaban las servilletas y tomaban en la mano cuchillo y tenedor. Al momento aparecía por la puerta la madre con una fuente de carne, y poco después lo hacía la hermana con una fuente llena de patatas. La comida humeaba. Los huéspedes se inclinaban sobre las fuentes que había ante ellos como si quisiesen examinarlas antes de comer, y, efectivamente, el señor que estaba sentado en medio y que parecía ser el que más autoridad tenía de los tres, cortaba un trozo de carne en la misma fuente con el fin de comprobar si estaba lo suficientemente tierna, o quizá; la madre y la hermana, que habían observado todo con impaciencia, comenzaban a sonreír respirando profundamente.

Because the lodgers sometimes also took their evening meal at home in the common living room, the door to the living room stayed shut on many evenings. But Gregor had no trouble at all going without the open door. Already on many evenings when it was open he had not availed himself of it, but, without the family noticing, was stretched out in the darkest corner of his room. However, once the cleaning woman had left the door to the living room slightly ajar, and it remained open even when the lodgers came in in the evening and the lights were put on. They sat down at the head of the table, where in earlier days the mother, the father, and Gregor had eaten, unfolded their serviettes, and picked up their knives and forks. The mother immediately appeared in the door with a dish of meat and right behind her the sister with a dish piled high with potatoes. The food gave off a lot of steam. The gentlemen lodgers bent over the plate set before them, as if they wanted to check it before eating, and in fact the one who sat in the middle (for the other two he seemed to serve as the authority) cut off a piece of meat still on the plate obviously to establish whether it was sufficiently tender and whether or not something should be shipped back to the kitchen. He was satisfied, and mother and sister, who had looked on in suspense, began to breathe easily and to smile.

   La familia comía en la cocina. A pesar de ello, el padre, antes de entrar en ésta, entraba en la habitación y con una sola reverencia y la gorra en la mano, daba una vuelta a la mesa. Los huéspedes se levantaban y murmuraban algo para el cuello de su camisa. Cuando ya estaban solos, comían casi en absoluto silencio. A Gregorio le parecía extraño el hecho de que, de todos los variados ruidos de la comida, una y otra vez se escuchasen los dientes al masticar, como si con ello quisieran mostrarle a Gregorio que para comer se necesitan los dientes y que, aún con las más hermosas mandíbulas, sin dientes no se podía conseguir nada. – Pero si yo tengo apetito – se decía Gregorio; preocupa do –, pero no me apetecen estas cosas. ¡Cómo comen los huéspedes y yo me muero!

The family itself ate in the kitchen. In spite of that, before the father went into the kitchen, he came into the room and with a single bow, cap in hand, made a tour of the table. The lodgers rose up collectively and murmured something in their beards. Then, when they were alone, they ate almost in complete silence. It seemed odd to Gregor that out of all the many different sorts of sounds of eating, what was always audible was their chewing teeth, as if by that Gregor should be shown that people needed their teeth to eat and that nothing could be done even with the most handsome toothless jawbone. "I really do have an appetite," Gregor said to himself sorrowfully, "but not for these things. How these lodgers stuff themselves, and I am dying."

   Precisamente aquella noche Gregorio no se acordaba de haberlo oído en todo el tiempo – se escuchó el violín. Los huéspedes ya habían terminado de cenar, el de en medio había sacado un periódico, le había dado una hoja a cada uno de los otros dos, y los tres fumaban y leían echados hacia atrás. Cuando el violín comenzó a sonar escucharon con atención, se levantaron y, de puntillas, fueron hacia la puerta del vestíbulo, en la que permanecieron quietos de pie, apretados unos junto a otros. Desde la cocina se les debió oír, porque el padre gritó: ¿Les molesta a los señores la música? Inmediatamente puede dejar de tocarse. – Al contrario – dijo el señor de en medio –. ¿No desearía la señorita entrar con nosotros y tocar aquí en la habitación, donde es mucho más cómodo y agradable? – Naturalmente – exclamó el padre, como si el violinista fuese él mismo. Los señores regresaron a la habitación y esperaron. Pronto llegó el padre con el atril, la madre con la partitura y la hermana con el violín. La hermana preparó con tranquilidad todo lo necesario para tocar. Los padres, que nunca antes habían alquilado habitaciones, y por ello exageraban la amabilidad con los huéspedes, no se atrevían a sentarse en sus propias sillas; el padre se apoyó en la puerta, con la mano derecha colocada entre dos botones de la librea abrochada; a la madre le fue ofrecida una silla por uno de los señores y, como la dejó en el lugar en el que, por casualidad, la había colocado el señor, permanecía sentada en un rincón apartado.

On this very evening (Gregor didn't remember hearing the violin all through this period) it sounded from the kitchen. The lodgers had already ended their night meal, the middle one had pulled out a newspaper and had given each of the other two a page, and they were now leaning back, reading and smoking. When the violin started playing, they became attentive, got up, and went on tiptoe to the hall door, at which they remained standing pressed up against one another. They must have been audible from the kitchen, because the father called out "Perhaps the gentlemen don't like the playing? It can be stopped at once." "On the contrary," stated the lodger in the middle, "might the young woman not come into us and play in the room here where it is really much more comfortable and cheerful?" "Oh, thank you," cried out the father, as if he were the one playing the violin. The men stepped back into the room and waited. Soon the father came with the music stand, the mother with the sheet music, and the sister with the violin. The sister calmly prepared everything for the recital. The parents, who had never previously rented a room and therefore exaggerated their politeness to the lodgers, dared not sit on their own chairs. The father leaned against the door, his right hand stuck between two buttons of his buttoned up uniform. The mother, however, accepted a chair offered by one lodger. Since she left the chair sit where the gentleman had chanced to put it, she sat to one side in a corner.

   La hermana empezó a tocar; el padre y la madre, cada uno desde su lugar, seguían con atención los movimientos de sus manos; Gregorio, atraído por la música, había avanzado un poco hacia delante y ya tenía la cabeza en el cuarto de estar. Ya apenas se extrañaba de que en los últimos tiempos no tenía consideración con los demás; antes estaba orgulloso de tener esa consideración y, precisamente ahora, hubiese tenido mayor motivo para esconderse, porque, como consecuencia del polvo que reinaba en su habitación, y que volaba por todas partes al menor movimiento, él mismo estaba también lleno de polvo. Sobre su espalda y sus costados arrastraba consigo por todas partes hilos, pelos, restos de comida... Su indiferencia hacia todo era demasiado grande como para tumbarse sobre su espalda y restregarse contra la alfombra, tal como hacía antes varias veces al día. Y, a pesar de este estado, no sentía vergüenza alguna de avanzar por el suelo impecable del comedor.

The sister began to play. The father and mother, followed attentively, one on each side, the movements of her hands. Attracted by the playing, Gregor had ventured to advance a little further forward and his head was already in the living room. He scarcely wondered about the fact that recently he had had so little consideration for the others; earlier this consideration had been something he was proud of. And for that very reason he would've had at this moment more reason to hide away, because as a result of the dust which lay all over his room and flew around with the slightest movement, he was totally covered in dirt. On his back and his sides he carted around with him dust, threads, hair, and remnants of food. His indifference to everything was much too great for him to lie on his back and scour himself on the carpet, as he often had done earlier during the day. In spite of his condition he had no timidity about inching forward a bit on the spotless floor of the living room.

   Por otra parte, nadie le prestaba atención. La familia estaba completamente absorta en la música del violín; por el contrario, los huéspedes, que al principio, con las manos en los bolsillos, se habían colocado demasiado cerca detrás del atril de la hermana, de forma que podrían haber leído la partitura, lo cual sin duda tenía que estorbar a la hermana, hablando a media voz, con las cabezas inclinadas, se retiraron pronto hacia la ventana, donde permanecieron observados por el padre con preocupación. Realmente daba a todas luces la impresión de que habían sido decepcionados en su suposición de escuchar una pieza bella o divertida al violín, de que estaban hartos de la función y sólo permitían que se les molestase por amabilidad. Especialmente la forma en que echaban a lo alto el humo de los cigarrillos por la boca y por la nariz denotaba gran nerviosismo. Y, sin embargo, la hermana tocaba tan bien... Su rostro estaba inclinarlo hacia un lado, atenta y tristemente seguían sus ojos las notas del pentagrama. Gregorio avanzó un poco más y mantenía la cabeza pegada al suelo para, quizá, poder encontrar sus miradas. ¿Es que era ya una bestia a la que le emocionaba la música? Le parecía como si se le mostrase el camino hacia el desconocido y anhelado alimento. Estaba decidido a acercarse hasta la hermana, tirarle de la falda y darle así a entender que ella podía entrar con su violín en su habitación porque nadie podía recompensar su música como él quería hacerlo. No quería dejarla salir nunca de su habitación, al menos mientras él viviese; su horrible forma le sería útil por primera vez; quería estar a la vez en todas las puertas de su habitación y tirarse a los que le atacasen; pero la hermana no debía quedar se con él por la fuerza, sino por su propia voluntad; debería sentarse junto a él sobre el canapé, inclinar el oído hacia él, y él deseaba confiarle que había tenido la firme intención de enviarla al conservatorio y que, si la desgracia no se hubiese cruzado en su camino la Navidad pasada – probablemente la Navidad ya había pasado – se lo hubiese dicho a todos sin preocuparse de réplica alguna. Después de esta confesión, la hermana estallaría en lágrimas de emoción y Gregorio se levantaría hasta su hombro y le daría un beso en el cuello, que, desde que iba a la tienda, llevaba siempre al aire sin cintas ni adornos.

In any case, no one paid him any attention. The family was all caught up in the violin playing. The lodgers, by contrast, who for the moment had placed themselves, their hands in their trouser pockets, behind the music stand much too close to the sister, so that they could all see the sheet music, something that must certainly bother the sister, soon drew back to the window conversing in low voices with bowed heads, where they then remained, worriedly observed by the father. It now seemed really clear that, having assumed they were to hear a beautiful or entertaining violin recital, they were disappointed, and were allowing their peace and quiet to be disturbed only out of politeness. The way in which they all blew the smoke from their cigars out of their noses and mouths in particular led one to conclude that they were very irritated. And yet his sister was playing so beautifully. Her face was turned to the side, her gaze followed the score intently and sadly. Gregor crept forward still a little further and kept his head close against the floor in order to be able to catch her gaze if possible. Was he an animal that music so seized him? For him it was as if the way to the unknown nourishment he craved was revealing itself to him. He was determined to press forward right to his sister, to tug at her dress and to indicate to her in this way that she might still come with her violin into his room, because here no one valued the recital as he wanted to value it. He did not wish to let her go from his room any more, at least not as long as he lived. His frightening appearance would for the first time become useful for him. He wanted to be at all the doors of his room simultaneously and snarl back at the attackers. However, his sister should not be compelled but would remain with him voluntarily; she would sit next to him on the sofa, bend down her ear to him, and he would then confide in her that he firmly intended to send her to the conservatory and that, if his misfortune had not arrived in the interim, he would have declared all this last Christmas (had Christmas really already come and gone?), and would have brooked no argument. After this explanation his sister would break out in tears of emotion, and Gregor would lift himself up to her armpit and kiss her throat, which she, from the time she started going to work, had left exposed without a band or a collar.

   – señor Samsa! – gritó el señor de en medio al padre, y señaló, sin decir una palabra más, con el índice hacia Gregorio, que avanzaba lentamente. El violín enmudeció, en un principio el huésped de en medio sonrió a sus amigos moviendo la cabeza y, a continuación, miró hacia Gregorio. El padre, en lugar de echar a Gregorio, consideró más necesario, ante todo, tranquilizar a los huéspedes, a pesar de que ellos no estaban nerviosos en absoluto y Gregorio parecía distraerles más que el violín. Se precipitó hacia ellos e intentó, con los brazos abiertos, empujarles a su habitación y, al mismo tiempo, evitar con su cuerpo que pudiesen ver a Gregorio. Ciertamente se enfadaron un poco, no se sabía ya si por el comportamiento del padre, o porque ahora se empezaban a dar cuenta de que, sin saberlo, habían tenido un vecino como Gregorio. Exigían al padre explicaciones, levantaban los brazos, se tiraban intranquilos de la barba y, muy lentamente, retrocedían hacia su habitación. Entre tanto, la hermana había superado el desconcierto en que había caído después de interrumpir su música de una forma tan repentina, había reaccionado de pronto, después de que durante unos momentos había sostenido en las manos caídas con indolencia el violín y el arco, y había seguido mirando la partitura como si todavía tocase, había colocado el instrumento en el regazo de la madre, que todavía seguía sentada en su silla con dificultades para respirar y agitando violentamente los pulmones, y había corrido hacia la habitación de al lado, a la que los huéspedes se acercaban cada vez más deprisa ante la insistencia del padre. Se veía cómo, gracias a las diestras manos de la hermana, las mantas y almohadas de las camas volaban hacia lo alto y se ordenaban. Antes de que los señores hubiesen llegado a la habitación, había terminado de hacer las camas y se había escabullido hacia afuera. El padre parecía estar hasta tal punto dominado por su obstinación, que olvidó todo el respeto que, ciertamente, debía a sus huéspedes. Sólo les empujaba y les empujaba hasta que, ante la puerta de la habitación, el señor de en medio dio una patada atronadora contra el suelo y así detuvo al padre. – Participo a ustedes – dijo, levantó la mano y buscaba con sus miradas también a la madre y a la hermana – que, teniendo en cuenta las repugnantes circunstancias que reinan en esta casa y en esta familia – en este punto escupió decididamente sobre el suelo –, en este preciso instante dejo la habitación. Por los días que he vivido aquí no pagaré, naturalmente, lo más mínimo; por el contrario, me pensaré si no procedo contra ustedes con algunas reclamaciones muy fáciles, créanme, de justificar. Calló y miró hacia adelante como si esperase algo. En efecto, sus dos amigos intervinieron inmediatamente con las siguientes palabras: – También nosotros dejamos en este momento la habitación. A continuación agarró el picaporte y cerró la puerta de un portazo.

"Mr. Samsa," called out the middle lodger to the father, and pointed his index finger, without uttering a further word, at Gregor as he was moving slowly forward. The violin fell silent. The middle lodger smiled, first shaking his head once at his friends, and then looked down at Gregor once more. Rather than driving Gregor back again, the father seemed to consider it of prime importance to calm down the lodgers, although they were not at all upset and Gregor seemed to entertain them more than the violin recital. The father hurried over to them and with outstretched arms tried to push them into their own room and simultaneously to block their view of Gregor with his own body. At this point they became really somewhat irritated, although one no longer knew whether that was because of the father's behaviour or because of knowledge they had just acquired that they had had, without knowing it, a neighbour like Gregor. They demanded explanations from his father, raised their arms to make their points, tugged agitatedly at their beards, and moved back towards their room quite slowly. In the meantime, the isolation which had suddenly fallen upon his sister after the sudden breaking off of the recital had overwhelmed her. She had held onto the violin and bow in her limp hands for a little while and had continued to look at the sheet music as if she was still playing. All at once she pulled herself together, placed the instrument in her mother's lap (the mother was still sitting in her chair having trouble breathing and with her lungs labouring) and had run into the next room, which the lodgers, pressured by the father, were already approaching more rapidly. One could observe how under the sister's practiced hands the sheets and pillows on the beds were thrown on high and arranged. Even before the lodgers had reached the room, she was finished fixing the beds and was slipping out. The father seemed so gripped once again with his stubbornness that he forgot about the respect which he always owed to his renters. He pressed on and on, until at the door of the room the middle gentleman stamped loudly with his foot and thus brought the father to a standstill. "I hereby declare," the middle lodger said, raising his hand and casting his glance both on the mother and the sister, "that considering the disgraceful conditions prevailing in this apartment and family," with this he spat decisively on the floor, "I immediately cancel my room. I will, of course, pay nothing at all for the days which I have lived here; on the contrary I shall think about whether or not I will initiate some sort of action against you, something which--believe me-- will be very easy to establish." He fell silent and looked directly in front of him, as if he was waiting for something. In fact, his two friends immediately joined in with their opinions, "We also give immediate notice." At that he seized the door handle, banged the door shut, and locked it.

   El padre se tambaleaba tanteando con las manos en dirección a su silla y se dejó caer en ella. Parecía como si se preparase para su acostumbrada siestecita nocturna, pero la profunda inclinación de su cabeza, abatida como si nada la sostuviese, mostraba que de ninguna manera dormía. Gregorio yacía todo el tiempo en silencio en el mismo sitio en que le habían descubierto los huéspedes. La decepción por el fracaso de sus planes, pero quizá también la debilidad causada por el hambre que pasaba, le impedían moverse. Temía, con cierto fundamento, que dentro de unos momentos se desencadenase sobre él una tormenta general, y esperaba. Ni siquiera se sobresaltó con el ruido del violín que, por entre los temblorosos dedos de la madre, se cayó de su regazo y produjo un sonido retumbante.

The father groped his way tottering to his chair and let himself fall in it. It looked as if he was stretching out for his usual evening snooze, but the heavy nodding of his head (which looked as if it was without support) showed that he was not sleeping at all. Gregor had lain motionless the entire time in the spot where the lodgers had caught him. Disappointment with the collapse of his plan and perhaps also his weakness brought on his severe hunger made it impossible for him to move. He was certainly afraid that a general disaster would break over him at any moment, and he waited. He was not even startled when the violin fell from the mother's lap, out from under her trembling fingers, and gave off a reverberating tone.

   – Queridos padres – dijo la hermana y, como introducción, dio un golpe sobre la mesa –, esto no puede seguir así. Si vosotros no os dais cuenta, yo sí me la doy. No quiero, ante esta bestia, pronunciar el nombre de mi hermano, y por eso solamente digo: tenemos que intentar quitárnoslo de encima. Hemos hecho todo lo humanamente posible por cuidarlo y aceptarlo; creo que nadie puede hacernos el menor reproche.

    – Tiene razón una y mil veces – dijo el padre para sus adentros. La madre, que aún no tenía aire suficiente, comenzó a toser sordamente sobre la mano que tenía ante la boca, con una expresión de enajenación en los ojos.

"My dear parents," said the sister banging her hand on the table by way of an introduction, "things cannot go on any longer in this way. Maybe if you don't understand that, well, I do. I will not utter my brother's name in front of this monster, and thus I say only that we must try to get rid of it. We have tried what is humanly possible to take care of it and to be patient. I believe that no one can criticize us in the slightest." "She is right in a thousand ways," said the father to himself. The mother, who was still incapable of breathing properly, began to cough numbly with her hand held up over her mouth and a manic expression in her eyes.

   La hermana corrió hacia la madre y le sujetó la frente. El padre parecía estar enfrascado en determinados pensamientos; gracias a las palabras de la hermana, se había sentado más derecho, jugueteaba con su gorra por entre los platos, que desde la cena de los huéspedes seguían en la mesa, y miraba de vez en cuando a Gregorio, que permanecía en silencio.

The sister hurried over to her mother and held her forehead. The sister's words seemed to have led the father to certain reflections. He sat upright, played with his uniform hat among the plates, which still lay on the table from the lodgers' evening meal, and looked now and then at the motionless Gregor.

   – Tenemos que intentar quitárnoslo de encima – dijo entonces la hermana, dirigiéndose sólo al padre, porque la madre, con su tos, no oía nada –. Os va a matar a los dos, ya lo veo venir. Cuando hay que trabajar tan duramente como lo hacemos nosotros no se puede, además, soportar en casa este tormento sin fin. Yo tampoco puedo más – y rompió a llorar de una forma tan violenta, que sus lágrimas caían sobre el rostro de la madre, del cual las secaba mecánicamente con las manos.

"We must try to get rid of it," the sister now said decisively to the father, for the mother, in her coughing fit, wasn't listening to anything, "it is killing you both. I see it coming. When people have to work as hard as we all do, they cannot also tolerate this endless torment at home. I just can't go on any more." And she broke out into such a crying fit that her tears flowed out down onto her mother's face. She wiped them off her mother with mechanical motions of her hands.

   – Pero hija – dijo el padre compasivo y con sorprendente comprensión –. ¡Qué podemos hacer!

"Child," said the father sympathetically and with obvious appreciation, "then what should we do?"

   Pero la hermana sólo se encogió de hombros como signo de la perplejidad que, mientras lloraba, se había apoderado de ella, en contraste con su seguridad anterior.

The sister only shrugged her shoulders as a sign of the perplexity which, in contrast to her previous confidence, had come over her while she was crying.

   – Si él nos entendiese... – dijo el padre en tono medio interrogante. La hermana, en su llanto, movió violentamente la mano como señal de que no se podía ni pensar en ello.

"If only he understood us," said the father in a semi-questioning tone. The sister, in the midst of her sobbing, shook her hand energetically as a sign that there was no point thinking of that.

   – Si él nos entendiese... – repitió el padre, y cerrando los ojos hizo suya la convicción de la hermana acerca de la imposibilidad de ello –, entonces sería posible llegar a un acuerdo con él, pero así... –

"If he only understood us," repeated the father and by shutting his eyes he absorbed the sister's conviction of the impossibility of this point, "then perhaps some compromise would be possible with him. But as it is. . ."

   – Tiene que irse – exclamó la hermana –, es la única posibilidad, padre. Sólo tienes que desechar la idea de que se trata de Gregorio. El haberlo creído durante tanto tiempo ha sido nuestra auténtica desgracia, pero ¿cómo es posible que sea Gregorio? Si fuese Gregorio hubiese comprendido hace tiempo que una convivencia entre personas y semejante animal no es posible, y se hubiese marchado por su propia voluntad: ya no tendríamos un hermano, pero podríamos continuar viviendo y conservaríamos su recuerdo con honor. Pero así esa bestia nos persigue, echa a los huéspedes, quiere, evidentemente, adueñarse de toda la casa y dejar que pasemos la noche en la calle. ¡Mira, padre – gritó de repente –, ya empieza otra vez! Y con un miedo completamente incomprensible para Gregorio, la hermana abandonó incluso a la madre, se arrojó literalmente de su silla, como si prefiriese sacrificar a la madre antes de permanecer cerca de Gregorio, y se precipitó detrás del padre que, principalmente irritado por su comportamiento, se puso también en pie y levantó los brazos a media altura por delante de la hermana para protegerla.

"It must be gotten rid of," cried the sister; "That is the only way, father. You must try to get rid of the idea that this is Gregor. The fact that we have believed for so long, that is truly our real misfortune. But how can it be Gregor? If it were Gregor, he would have long ago realized that a communal life among human beings is not possible with such an animal and would have gone away voluntarily. Then we would not have a brother, but we could go on living and honour his memory. But this animal plagues us. It drives away the lodgers, will obviously take over the entire apartment, and leave us to spend the night in the alley. Just look, father," she suddenly cried out, "he's already starting up again." With a fright which was totally incomprehensible to Gregor, the sister even left the mother, pushed herself away from her chair, as if she would sooner sacrifice her mother than remain in Gregor's vicinity, and rushed behind her father who, excited merely by her behaviour, also stood up and half raised his arms in front of the sister as though to protect her.

   Pero Gregorio no pretendía, ni por lo más remoto, asustar a nadie, ni mucho menos a la hermana. Solamente había empezado a darse la vuelta para volver a su habitación y esto llamaba la atención, ya que, como consecuencia de su estado enfermizo, para dar tan difíciles vueltas, tenía que ayudarse con la cabeza, que levantaba una y otra vez y que golpeaba contra el suelo. Se detuvo y miró a su alrededor; su buena intención pareció ser entendida; sólo había sido un susto momentáneo, ahora todos le miraban tristes y en silencio. La madre yacía en su silla con las piernas extendidas y apretadas una contra otra, los ojos casi se le cerraban de puro agotamiento. El padre y la hermana estaban sentados uno junto a otro, y la hermana había colocado su brazo alrededor del cuello del padre.

But Gregor did not have any notion of wishing to create problems for anyone and certainly not for his sister. He had just started to turn himself around in order to creep back into his room, quite a startling sight, since, as a result of his suffering condition, he had to guide himself through the difficulty of turning around with his head, in this process lifting and banging it against the floor several times. He paused and looked around. His good intentions seem to have been recognized. The fright had only lasted for a moment. Now they looked at him in silence and sorrow. His mother lay in her chair, with her legs stretched out and pressed together; her eyes were almost shut from weariness. The father and sister sat next to one another. The sister had set her hands around the father's neck.

   «Quizá pueda darme la vuelta ahora», pensó Gregorio, y empezó de nuevo su actividad. No podía contener los resuellos por el esfuerzo y de vez en cuando tenía que descansar.

" Now perhaps I can actually turn myself around," thought Gregor and began the task again. He couldn't stop puffing at the effort and had to rest now and then.

   Por lo demás, nadie le apremiaba, se le dejaba hacer lo que quisiera. Cuando hubo dado la vuelta del todo comenzó enseguida a retroceder todo recto... Se asombró de la gran distancia que le separaba de su habitación y no comprendía cómo, con su debilidad, hacía un momento había recorrido el mismo camino sin notarlo. Concentrándose constantemente en avanzar con rapidez, apenas se dio cuenta de que ni una palabra, ni una exclamación de su familia le molestaba.

Besides no one was urging him on. It was all left to him on his own. When he had completed turning around, he immediately began to wander straight back. He was astonished at the great distance which separated him from his room and did not understand in the least how in his weakness he had covered the same distance a short time before, almost without noticing it. Constantly intent only on creeping along quickly, he hardly paid any attention to the fact that no word or cry from his family interrupted him.

   Cuando ya estaba en la puerta volvió la cabeza, no por completo, porque notaba que el cuello se le ponía rígido, pero sí vio aún que tras de él nada había cambiado, sólo la hermana se había levantado. Su última mirada acarició a la madre que, por fin, se había quedado profundamente dormida.

Only when he was already in the door did he turn his head, not completely, because he felt his neck growing stiff. At any rate he still saw that behind him nothing had changed. Only the sister was standing up. His last glimpse brushed over the mother who was now completely asleep.

   Apenas entró en su habitación se cerró la puerta y echaron la llave. Gregorio se asustó tanto del repentino ruido producido detrás de él, que las patitas se le doblaron. Era la hermana quien se había apresurado tanto. Había permanecido en pie allí y había esperado, con ligereza había saltado hacia adelante, Gregorio ni siquiera la había oído venir, y gritó un «¡Por fin!» a los padres mientras echaba la llave. « ¿Y ahora?», se preguntó Gregory, y miró a su alrededor en la oscuridad.

Hardly was he inside his room when the door was pushed shut very quickly, bolted fast, and barred. Gregor was startled by the sudden commotion behind him, so much so that his little limbs bent double under him. It was his sister who had been in such a hurry. She had stood up right away, had waited, and had then sprung forward nimbly. Gregor had not heard anything of her approach. She cried out "Finally!" to her parents, as she turned the key in the lock.

   Pronto descubrió que ya no se podía mover. No se extrañó por ello, más bien le parecía antinatural que, hasta ahora, hubiera podido moverse con estas patitas. Por lo demás, se sentía relativamente a gusto. Bien es verdad que le dolía todo el cuerpo, pero le parecía como si los dolores se hiciesen más y más débiles y, al final, desapareciesen por completo. Apenas sentía ya la manzana podrida de su espalda y la infección que producía a su alrededor, cubiertas ambas por un suave polvo. Pensaba en su familia con cariño y emoción, su opinión de que tenía que desaparecer era, si cabe, aún más decidida que la de su hermana. En este estado de apacible y letárgica meditación permaneció hasta que el reloj de la torre dio las tres de la madrugada. Vivió todavía el comienzo del amanecer detrás de los cristales. A continuación, contra su voluntad, su cabeza se desplomó sobre el suelo y sus orificios nasales exhalaron el último suspiro.

"What now?" Gregor asked himself and looked around him in the darkness. He soon made the discovery that he could no longer move at all. He was not surprised at that. On the contrary, it struck him as unnatural that he had really been able up to this point to move around with these thin little legs. Besides he felt relatively content. True, he had pains throughout his entire body, but it seemed to him that they were gradually becoming weaker and weaker and would finally go away completely. The rotten apple in his back and the inflamed surrounding area, entirely covered with white dust, he hardly noticed. He remembered his family with deep feeling and love. In this business, his own thought that he had to disappear was, if possible, even more decisive than his sister's. He remained in this state of empty and peaceful reflection until the tower clock struck three o'clock in the morning. From the window he witnessed the beginning of the general dawning outside. Then without willing it, his head sank all the way down, and from his nostrils flowed out weakly out his last breath.

   Cuando, por la mañana temprano, llegó la asistenta – de pura fuerza y prisa daba tales portazos que, aunque repetidas veces se le había pedido que procurase evitarlo, desde el momento de su llegada era ya imposible concebir el sueño en todo el piso –, en su acostumbrada y breve visita a Gregorio nada le llamó al principio la atención. Pensaba que estaba allí tumbado tan inmóvil a propósito y se hacía el ofendido, le creía capaz de tener todo el entendimiento posible. Como tenía por casualidad la larga escoba en la mano, intentó con ella hacer cosquillas a Gregorio desde la puerta. Al no conseguir nada con ello, se enfadó y pinchó a Gregorio ligeramente, y sólo cuando, sin que él opusiese resistencia, le había movido de su sitio, le prestó atención. Cuando se dio cuenta de las verdaderas circunstancias abrió mucho los ojos, silbó para sus adentros, pero no se entretuvo mucho tiempo, sino que abrió de par en par las puertas del dormitorio y exclamó en voz alta hacia la oscuridad: – ¡Fíjense, la ha diñado, ahí está, la ha diñado del todo! El matrimonio Samsa estaba sentado en la cama e intentaba sobreponerse del susto de la asistenta antes de llegar a comprender su aviso.

Early in the morning the cleaning woman came. In her sheer energy and haste she banged all the doors (in precisely the way people had already asked her to avoid), so much so that once she arrived a quiet sleep was no longer possible anywhere in the entire apartment. In her customarily brief visit to Gregor she at first found nothing special. She thought he lay so immobile there intending to play the offended party. She gave him credit for as complete an understanding as possible. Because she happened to hold the long broom in her hand, she tried to tickle Gregor with it from the door. When that was quite unsuccessful, she became irritated and poked Gregor a little, and only when she had shoved him from his place without any resistance did she become attentive. When she quickly realized the true state of affairs, her eyes grew large, she whistled to herself, but didn't restrain herself for long. She pulled open the door of the bedroom and yelled in a loud voice into the darkness, "Come and look. It's kicked the bucket. It's lying there, totally snuffed!"

   Pero después, el señor y la señora Samsa, cada uno por su lado, se bajaron rápidamente de la cama, el señor Samsa se echó la colcha por los hombros, la señora Samsa apareció en camisón, así entraron en la habitación de Gregorio. Entre tanto, también se había abierto la puerta del cuarto de estar, en donde dormía Grete desde la llegada de los huésped des; estaba completamente vestida, como si no hubiese dormido, su rostro pálido parecía probarlo. ¿Muerto? – dijo la señora Samsa, y levantó los ojos con gesto interrogante hacia la asistenta a pesar de que ella misma podía comprobarlo, e incluso podía darse cuenta de ello sin necesidad de comprobarlo. – Digo, ¡ya lo creo! – dijo la asistenta y, como prueba, empujó el cadáver de Gregorio con la escoba un buen trecho hacia un lado. La señora Samsa hizo un movimiento como si quisiera detener la escoba, pero no lo hizo. – Bueno – dijo el señor Samsa –, ahora podemos dar gracias a Dios – se santiguó y las tres mujeres siguieron su ejemplo.

The Samsa married couple sat upright in their marriage bed and had to get over their fright at the cleaning woman before they managed to grasp her message. But then Mr. and Mrs. Samsa climbed very quickly out of bed, one on either side. Mr. Samsa threw the bedspread over his shoulders, Mrs. Samsa came out only in her night-shirt, and like this they stepped into Gregor's room. Meanwhile the door of the living room (in which Grete had slept since the lodgers had arrived on the scene) had also opened. She was fully clothed, as if she had not slept at all; her white face also seem to indicate that. "Dead?" said Mrs. Samsa and looked questioningly at the cleaning woman, although she could check everything on her own and even understand without a check. "I should say so," said the cleaning woman and, by way of proof, poked Gregor's body with the broom a considerable distance more to the side. Mrs. Samsa made a movement as if she wished to restrain the broom, but didn't do it. "Well," said Mr. Samsa, "now we can give thanks to God." He crossed himself, and the three women followed his example.

   Grete, que no apartaba los ojos del cadáver, dijo: – Mirad qué flaco estaba, ya hacía mucho tiempo que no comía nada, las comidas salían tal como entraban.

    Efectivamente, el cuerpo de Gregorio estaba completamente plano y seco, sólo se daban realmente cuenta de ello ahora que ya no le levantaban sus patitas, y ninguna otra cosa distraía la mirada.

Grete, who did not take her eyes off the corpse, said, "Look how thin he was. He had eaten nothing for such a long time. The meals which came in here came out again exactly the same." In fact, Gregor's body was completely flat and dry. That was apparent really for the first time, now that he was no longer raised on his small limbs and, moreover, now that nothing else distracted one's gaze.

   – Grete, ven un momento a nuestra habitación – dijo la señora Samsa con una sonrisa melancólica, y Grete fue al dormitorio detrás de los padres, no sin volver la mirada hacia el cadáver. La asistenta cerró la puerta y abrió del todo la ventana. A pesar de lo temprano de la mañana, ya había una cierta tibieza mezclada con el aire fresco.

"Grete, come into us for a moment," said Mrs. Samsa with a melancholy smile, and Grete went, not without looking back at the corpse, behind her parents into the bed room. The cleaning woman shut the door and opened the window wide. In spite of the early morning, the fresh air was partly tinged with warmth. It was already the end of March.

   Ya era finales de marzo. Los tres huéspedes salieron de su habitación y miraron asombrados a su alrededor en busca de su desayuno; se habían olvidado de ellos: ¿Dónde está el desayuno? – preguntó de mal humor el señor de en medio a la asistenta, pero ésta se colocó el dedo en la boca e hizo a los señores, apresurada y silenciosamente, señales con la mano para que fuesen a la habitación de Gregorio. Así pues, fueron y permanecieron en pie, con las manos en los bolsillos de sus chaquetas algo gastadas, alrededor del cadáver, en la habitación de Gregorio. Ya totalmente iluminada.

The three lodgers stepped out of their room and looked around for their breakfast, astonished that they had been forgotten. "Where is the breakfast?" asked the middle one of the gentlemen grumpily to the cleaning woman. However, she laid her finger to her lips and then quickly and silently indicated to the lodgers that they could come into Gregor's room. So they came and stood around Gregor's corpse, their hands in the pockets of their somewhat worn jackets, in the room, which was already quite bright.

   Entonces se abrió la puerta del dormitorio y el señor Samsa apareció vestido con su librea, de un brazo su mujer y del otro su hija. Todos estaban un poco llorosos; a veces Grete apoyaba su rostro en el brazo del padre.

Then the door of the bed room opened, and Mr. Samsa appeared in his uniform, with his wife on one arm and his daughter on the other. All were a little tear stained. Now and then Grete pressed her face onto her father's arm.

   – Salgan ustedes de mi casa inmediatamente – dijo el señor Samsa, y señaló la puerta sin soltar a las mujeres. ¿Qué quiere usted decir? -dijo el señor de en medio algo aturdido, y sonrió con cierta hipocresía. Los otros dos tenían las manos en la espalda y se las frotaban constantemente una contra otra, como si esperasen con alegría una gran pelea que tenía que resultarles favorable. – Quiero decir exactamente lo que digo – contestó el señor Samsa; se dirigió en bloque con sus acompañantes hacia el huésped. Al principio éste se quedó allí en silencio y miró hacia el suelo, como si las cosas se dispusiesen en un nuevo orden en su cabeza. – Pues entonces nos vamos – dijo después, y levantó los ojos hacia el señor Samsa como si, en un repentino ataque de humildad, le pidiese incluso permiso para tomar esta decisión. El señor Samsa solamente asintió brevemente varias veces con los ojos muy abiertos.

    A continuación el huésped se dirigió, en efecto a grandes pasos hacia el vestíbulo; sus dos amigos llevaban ya un rato escuchando con las manos completamente tranquilas y ahora daban verdaderos brincos tras de él, como si tuviesen miedo de que el señor Samsa entrase antes que ellos en el vestíbulo e impidiese el contacto con su guía. Ya en el vestíbulo, los tres cogieron sus sombreros del perchero, sacaron sus bastones de la bastonera, hicieron una reverencia en silencio y salieron de la casa. Con una desconfianza completamente infundada, como se demostraría después, el señor Samsa salió con las dos mujeres al rellano; apoyados sobre la barandilla veían cómo los tres, lenta pero constantemente, bajaban la larga escalera, en cada piso desaparecían tras un determinado recodo y volvían a aparecer a los pocos instantes. Cuanto más abajo estaban tanto más interés perdía la familia Samsa por ellos, y cuando un oficial carnicero, con la carga en la cabeza en una posición orgullosa, se les acercó de frente y luego, cruzándose con ellos, siguió subiendo, el señor Samsa abandonó la barandilla con las dos mujeres y todos regresaron aliviados a su casa.

"Get out of my apartment immediately," said Mr. Samsa and pulled open the door, without letting go of the women. "What do you mean?" said the middle lodger, somewhat dismayed and with a sugary smile. The two others kept their hands behind them and constantly rubbed them against each other, as if in joyful anticipation of a great squabble which must end up in their favour. "I mean exactly what I say," replied Mr. Samsa and went directly with his two female companions up to the lodger. The latter at first stood there motionless and looked at the floor, as if matters were arranging themselves in a new way in his head. "All right, then we'll go," he said and looked up at Mr. Samsa as if, suddenly overcome by humility, he was asking fresh permission for this decision. Mr. Samsa merely nodded to him repeatedly with his eyes open wide.

Following that, the lodger actually went immediately with long strides into the hall. His two friends had already been listening for a while with their hands quite still, and now they hopped smartly after him, as if afraid that Mr. Samsa could step into the hall ahead of them and disturb their reunion with their leader. In the hall all three of them took their hats from the coat rack, pulled their canes from the cane holder, bowed silently, and left the apartment. In what turned out to be an entirely groundless mistrust, Mr. Samsa stepped with the two women out onto the landing, leaned against the railing, and looked down as the three lodgers slowly but steadily made their way down the long staircase, disappeared on each floor in a certain turn of the stairwell and in a few seconds came out again. The deeper they proceeded, the more the Samsa family lost interest in them, and when a butcher with a tray on his head come to meet them and then with a proud bearing ascended the stairs high above them, Mr. Samsa., together with the women, left the banister, and they all returned, as if relieved, back into their apartment.

   Decidieron utilizar aquel día para descansar e ir de paseo; no solamente se habían ganado esta pausa en el trabajo, sino que, incluso, la necesitaban a toda costa. Así pues, se sentaron a la mesa y escribieron tres justificantes: el señor Samsa a su dirección, la señora Samsa al señor que le daba trabajo, y Grete al dueño de la tienda. Mientras escribían entró la asistenta para decir que ya se marchaba porque había terminado su trabajo de por la mañana. Los tres que escribían solamente asintieron al principio sin levantar la vista; cuando la asistenta no daba señales de retirarse levantaron la vista enfadados. ¿Qué pasa? – preguntó el señor Samsa. La asistenta permanecía de pie junto a la puerta, como si quisiera participar a la familia un gran éxito, pero sólo lo haría cuando se la interrogase con todo detalle. La pequeña pluma de avestruz colocada casi derecha sobre su sombrero, que, desde que estaba a su servicio, incomodaba al señor Samsa, se balanceaba suavemente en todas las direcciones.

    – ¿Qué es lo que quiere usted? – preguntó la señora Samsa, que era, de todos, la que más respetaba la asistenta. – Bueno contestó la asistenta, y no podía seguir hablando de puro sonreír amablemente –, no tienen que preocuparse de cómo deshacerse de la cosa esa de al lado. Ya está todo arreglado.

    La señora Samsa y Grete se inclinaron de nuevo sobre sus cartas, como si quisieran continuar escribiendo; el señor Samsa, que se dio cuenta de que la asistenta quería empezar a contarlo todo con todo detalle, lo rechazó decididamente con la mano extendida. Como no podía contar nada, recordó la gran prisa que tenía, gritó visiblemente ofendida: « ¡Adiós a todos!», se dio la vuelta con rabia y abandonó la casa con un portazo tremendo.

They decided to pass that day resting and going for a stroll. Not only had they earned this break from work, but there was no question that they really needed it. And so they sat down at the table and wrote three letters of apology: Mr. Samsa to his supervisor, Mrs. Samsa to her client, and Grete to her proprietor. During the writing the cleaning woman came in to say that she was going off, for her morning work was finished. The three people writing at first merely nodded, without glancing up. Only when the cleaning woman was still unwilling to depart, did they look up angrily. "Well?" asked Mr. Samsa. The cleaning woman stood smiling in the doorway, as if she had a great stroke of luck to report to the family but would only do it if she was asked directly. The almost upright small ostrich feather in her hat, which had irritated Mr. Samsa during her entire service, swayed lightly in all directions. "All right then, what do you really want?" asked Mrs. Samsa, whom the cleaning lady still usually respected. "Well," answered the cleaning woman (smiling so happily she couldn't go on speaking right away), "about how that rubbish from the next room should be thrown out, you mustn't worry about it. It's all taken care of." Mrs. Samsa and Grete bent down to their letters, as though they wanted to go on writing; Mr. Samsa, who noticed that the cleaning woman wanted to start describing everything in detail, decisively prevented her with an outstretched hand. But since she was not allowed to explain, she remembered the great hurry she was in, and called out, clearly insulted, "Ta ta, everyone," turned around furiously and left the apartment with a fearful slamming of the door.

   – Esta noche el despido dijo el señor Samsa, pero no recibió una respuesta ni de su mujer ni de su hija, porque la asistenta parecía haber turbado la tranquilidad apenas recién conseguida. Se levantaron, fueron hacia la ventana y permanecieron allí abrazadas. El señor Samsa se dio la vuelta en su silla hacia ellas y las observó en silencio un momento, luego las llamó: – Vamos, venid. Olvidad de una vez las cosas pasadas y tened un poco de consideración conmigo. Las mujeres le obedecieron enseguida, corrieron hacia él, le acariciaron y terminaron rápidamente sus cartas.

"This evening she'll be let go," said Mr. Samsa, but he got no answer from either his wife or from his daughter, because the cleaning woman seemed to have upset once again the tranquility they had just attained. They got up, went to the window and remained there, with their arms about each other. Mr. Samsa turned around in his chair in their direction and observed them quietly for a while. Then he called out, "All right, come here then. Let's finally get rid of old things. And have a little consideration for me." The women attended to him at once. They rushed to him, caressed him, and quickly ended their letters.

   Después, los tres abandonaron el piso juntos, cosa que no habían hecho desde hacía meses, y se marcharon al campo, fuera de la ciudad, en el tranvía. El vehículo en el que estaban sentados solos estaba totalmente iluminado por el cálido sol. Recostados cómodamente en sus asientos, hablaron de las perspectivas para el futuro y llegaron a la conclusión de que, vistas las cosas más de cerca, no eran malas en absoluto, porque los tres trabajos, a este respecto todavía no se habían preguntado realmente unos a otros, eran sumamente buenos y, especialmente, muy prometedores para el futuro. Pero la gran mejoría inmediata de la situación tenía que producirse, naturalmente, con más facilidad con un cambio de piso; ahora querían cambiarse a un piso más pequeño y más barato, pero mejor ubicado y, sobre todo, más práctico que el actual, que había sido escogido por Gregorio. Mientras hablaban así, al señor y a la señora Samsa se les ocurrió casi al mismo tiempo, al ver a su hija cada vez más animada, que en los últimos tiempos, a pesar de las calamidades que habían hecho palidecer sus mejillas, se había convertido en una joven lozana y hermosa. Tornándose cada vez más silenciosos y entendiéndose casi inconscientemente con las miradas, pensaban que ya llegaba el momento de buscarle un buen marido, y para ellos fue como una confirmación de sus nuevos sueños y buenas intenciones cuando, al final de su viaje, fue la hija quien se levantó primero y estiró su cuerpo joven.

Then all three left the apartment together, something they had not done for months now, and took the electric tram into the open air outside the city. The car in which they were sitting by themselves was totally engulfed by the warm sun. They talked to each other, leaning back comfortably in their seats, about future prospects, and they discovered that on closer observation these were not at all bad, for all three had employment, about which they had not really questioned each other at all, which was extremely favorable and with especially promising prospects. The greatest improvement in their situation at this moment, of course, had to come from a change of dwelling. Now they wanted to rent an apartment smaller and cheaper but better situated and generally more practical than the present one, which Gregor had found. While they amused themselves in this way, it struck Mr. and Mrs. Samsa almost at the same moment how their daughter, who was getting more animated all the time, had blossomed recently, in spite of all the troubles which had made her cheeks pale, into a beautiful and voluptuous young woman. Growing more silent and almost unconsciously understanding each other in their glances, they thought that the time was now at hand to seek out a good honest man for her. And it was something of a confirmation of their new dreams and good intentions when at the end of their journey the daughter first lifted herself up and stretched her young body.

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